1 respuestas
Las regulaciones sanitarias exigen que los laboratorios, al desarrollar un medicamento, realicen estudios especiales para demostrar que pueden usarse de manera segura en menores de dos años. Como esos estudios son caros y difíciles, algunos laboratorios optan por no hacerlos, de manera que las instrucciones para prescribir deben llevar la leyenda de “contraindicado en menores de 2 años”: no porque se haya demostrado que son peligrosos, sino porque no se ha demostrado que no lo son. En el caso del Bradelmin, algunos médicos lo recomiendan en pacientes aunque sean menores de esa edad, por lo que puede pedir consejo a su médico de cabecera para ver si en el caso particular de su bebé puede usarse.